Bañar a tu bebé es una de las primeras experiencias que compartís juntos desde que llega al mundo. Sin embargo, es importante tener en cuenta ciertas pautas para que su piel delicada no se vea perjudicada. En este artículo, te mostramos las más importantes para que sepas cómo hacerlo de manera segura y con qué frecuencia.
¿Cada cuánto bañar a un bebé recién nacido?
En primer lugar, debes saber que la dermis de un bebé es más propensa a secarse. Por ello, no es necesario que el baño sea diario, lo mejor es que se produzca entre tres y cuatro veces por semana. Puedes hacerlo dejando un día de separación para que la piel mantenga su humedad natural.
Pautas para bañar a un bebé de forma segura
Lo primero que debes hacer es escoger un espacio que resulte adecuado. Lo mejor, en todo caso, sería una bañera para bebés, que resulta mucho más cómoda para ambos. Hay varios modelos que permiten que el bebé quede colocado de manera que no pueda deslizarse. Puedes colocar una toalla en el fondo para que el tacto le resulte más agradable y el espacio se mantenga higiénico.
Después, comprueba la temperatura del agua con la mano para que no esté demasiado caliente. Si tienes un termómetro, puedes adaptarla hasta que esté a 37,5 grados. Cuando vayas a meterlo, comienza por los pies y mantenlo por fuera de cintura para arriba. Una recomendación importante es que instales una mampara para potenciar la seguridad. Si tienes ducha, hay algunos modelos con puertas fraccionables que son perfectas para una mejor accesibilidad.
Ve vertiendo el agua sobre su cuerpo con delicadeza para que no le resulte incómoda. Luego, aplica un poco de jabón para bebés sin frotar con una esponja, ya que puede irritarle la piel. Para la cara, lo más aconsejable es emplear un paño suave especial para los primeros baños. Por último, utiliza champú para lavarle el pelito una o dos veces por semana.
Cuidado posterior de la piel
Como avanzábamos antes, la piel de los recién nacidos tiende a resercarse. Por tanto, los cuidados posteriores son esenciales, sobre todo, después de los primeros baños. Es primordial evitar los aceites sintéticos, así como los que lleven glicerina. El motivo es que evitan la transpiración de la piel y pueden provocar irritaciones.
Nuestra recomendación es que optes por los aceites vegetales. Entre ellos, los más usados son los de jojoba, almendras o argán. Numerosas marcas cuentan con líneas pensadas para los más pequeños, por lo que tienes varias buenas opciones. Estos mantienen el equilibrio del pH y aseguran la transpiración de la dermis.
En definitiva, bañar a tu bebé recién nacido es más sencillo de lo que crees. Solo tienes que seguir estos consejos y hacerlo con bastante delicadeza. Con el tiempo, verás cómo ambos os acostumbráis y se convierte en su momento favorito del día. Disfruta de la crianza de tu hijo y recuerda emplear productos pensados para su edad.